No tirar la toalla si las cosas salen mal



Cuando iniciaba mis estudios universitarios me encontré bastantes veces en estados de temor y preocupación (tareas, trabajo, familia, salud). Todos estos estados aparecieron más veces que otros pero al final de cuentas entraba siempre en depresión y desesperación

Pero un día, mientras me encontraba en las faenas de un trabajo que NO ME GUSTABA uno de los encargados (licenciado en aquel entonces) posiblemente notó mi preocupación. Entonces, simplemente se acerco y me dirigió una breves palabras: "Se paciente, este trabajo que tienes no es eterno, pronto verás el resultado de tus esfuerzos". Y me entregó un pedazo de papel con una texto escrito.

Hoy, a 13 años de esa experiencia las preocupaciones han cambiado, unas se han ido y nuevas han entrado en mi vida pero tengo más experiencia para saber qué hacer.

En general  me encuentro mucho mejor que cuando tenia 18 años. Pero cuando vuelvo a sentir toda la energía negativa del "no podrás" traigo a mi mente las palabras de ese pedazo de papel:



No desistas...

Cuando vayan mal las cosas 
como a veces suelen ir,
cuando ofrezca tu camino
sólo cuestas que subir,
cuando tengas poco haber
pero mucho que pagar,
y precises sonreír
aun teniendo que llorar,
cuando ya el dolor te agobie
y no puedas ya sufrir,
descansar acaso debes
pero nunca desistir.

Tras las sombras de la duda,
ya plateadas ya sombrías,
puede bien surgir el triunfo,
no el fracaso que temías,
y no es dable a tu ignorancia
figurarse cuan cercano,
puede estar el bien que anhelas
y que juzgas tan lejano.

Lucha, pues por más que en la
brega tengas que sufrir.
¡Cuando todo esté peor,
más debemos insistir!

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